Disculpe la tardanza de los estudios recién, pues he estado fuera de la casa ya varias semanas con visitas en México, Perú, y Chile y así he estado bastante atrasado. Todavía estoy en Maipú, Chile pero posiblemente puedo escribir algo más sobre Sansón esta mañana.
“Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.” ¿Estamos sorprendidos a ver a Sansón otra vez descendiendo a un valle de los filisteos? Se nota cuando hacemos hábitos en la vida, el patrón es bastante difícil quebrar. Aunque Sansón había estado en la peña algún tiempo, donde juzgaba a Israel y gozaba de un tiempo tomando del refrigerio de comunión con Jehová, ilustrado en el agua saliendo de la mandíbula del asno, vemos que otra vez volvió a sus viejos hábitos. Es por eso que es tan importante formar buenos hábitos en nuestro juventud; el hábito de oración todos los días como hacia Daniel y la rutina de leer la palabra de Dios todos los días.
Ahora Sansón se encuentra con una mujer avara. Antes, sufría porque la mujer escogida tenía miedo de las amenazas de su pueblo. “Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre.” Esta vez, “vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.” La tentación del dinero era fuerte y sabemos que a Judas, discípulo profesante del Señor Jesús, dejaba su amor por el dinero hacerlo traicionar al Señor Jesús. “Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.” Mateo 26:14-16 “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” 1 Timoteo 6:10
Acaso pensaríamos que cualquiera entendería las malas intenciones de Dalila y quedamos maravillado que Sansón hubiera podido ser engañado por una astucia tan fácilmente distinguida. “Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado.” ¿No era demasiado obvio que planes ella tenía por él? Pero Sansón decidía jugar con su amante, a lo mejor pensando que su secreto quedaría sin descubrir pero era una carrera cuya fin no podía ser exitosa. Le decía acerca de las ataduras “Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres” acaso pensando que la vez anterior cuando sus hermanos hebreos le habían atado pero todo en vano. Pero las victorias del pasado y su memoria de ellas no van a ser útiles para el día de hoy. Necesitamos la gracia por todos los días. Lo de ayer no sirve por el día de hoy. “como tus días serán tus fuerzas” y “El eterno Dios es tu refugio” era la bendición de Moisés a la tribu de Aser.
Pero esta primera vez “no se supo el secreto de su fuerza.” Pero notamos otra vez que tan obvio era la intención de esta mujer avara; “¡Sansón, los filisteos contra ti!” ¿Cómo hubiera podido no verlo? Pero no, vuelve a ser engañado y esta vez, se acercaba a la verdad de su fuerza, que era su cabello largo, la marca de una mujer y en el sentido espiritual, una marca de debilidad que significaba que su grande fuerza era en dependencia en Jehová. Los pintores siempre les gustan ilustrar a Sansón con brazos y piernas grandotes, como tenía una vez el actor que se hizo gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. Pero no, eso no es cierto pues la grande fuerza de Sansón consistía en su relación con Jehová y no en sus músculos. Y al decir a Dalila algo acerca de su cabello, estaba acercando a la verdad sin decirlo todo. Pero era un paso irreversible y por fin, se descubrió todo a la mujer a su grande tristeza. “Su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues, todo su corazón…” El Salmo 25:14 en la versión vieja nos dice “El secreto de Jehová es para los que le temen; Y á ellos hará conocer su alianza.” La versión RV 1960 dice algo más “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.” Si se pierde este secreto de la comunión intima, vamos a ver como Sansón que no podemos ya seguir como antes. “Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.” La mujer Dalila entendía que Sansón le había dicho la verdad y “llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él.” Se dio cuenta, muy tarde, que perder la comunión intima era también perder la fuerza.
Vemos a Sansón en sus últimos días con sus ojos cegados, moliendo en la cárcel. Pero Jehová es fiel a su nombre y cuando los filisteos pensaron que su victoria sobre Sansón consistía en la adoración de su dios Dagón, ya Dios no iba a contestarles por su honor. Sansón había sido debilitado por su desobediencia, pero Jehová no era débil. “Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros. Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta.” ¡Que triste fin, dando diversión a los filisteos adorando a su dios! O amados jóvenes, como he citado antes del hermano mayor de mi juventud “el diablo no es tu amigo.” Pero Jehová iba a mantener su gloria y dio a Sansón una vez más sus fuerzas anteriores para tumbar la casa sobre los filisteos, no por la fidelidad de Sansón, sino por su propia gloria. “Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.”
6 agosto de 2018